Esta Institución de Asistencia Privada es una familia de cientos de personas que a lo largo de 25 años se han formado como especialistas en atención médica prehospitaria y rescate para, como voluntarias y voluntarios, salvar las vidas de los queretanos. Donar recursos económicos es un gran apoyo para la organización, pero lo más importante para seguir creciendo su familia es contar con nuevos voluntarios que sigan su misión.
Son alrededor de las 8 de la noche y el ánimo está a tope entre los rescatistas y paramédicos de Rescate 1. El ambiente está tan encendido que es difícil distinguir quiénes salen de un turno de 12 horas y quienes vienen a enfrentarse a los peligros propios de la noche. Como una gran familia, se organizan para preparar la cena en una mesa en la que caben todos. Es el entusiasmo inherente de las y los voluntarios de esta I.A.P que, desde hace 25 años, ha formado a cientos de jóvenes con ganas de ofrecer parte de su vida para salvar la de los demás.
“Siento que es algo que construyo todos los días. El ser voluntaria es desvelarme, vivir situaciones muy complicadas, muy críticas, y también es mucho disfrutar el ayudar a las personas. Siento que la gratitud no tiene precio”, comparte Karen, quien desde hace cuatro años dedica las mejores horas de su fin de semana a atender urgencias médicas.
De esta familia forman parte todos, incluso Lucky, una perra que se entrena en rescate, localización y salvamento y que ya recorre en ambulancias la ciudad para acompañar a Roberto y Lore, una pareja cotidiana que encontró el amor a la luz de las sirenas y que dedican sus sábados al compromiso de ofrecer servicios médicos prehospitalarios a quienes los necesitan, sin recibir a cambio otra cosa que un agradecimiento y la satisfacción de salvar vidas.
“Creo que en la mayoría de los servicios, las personas necesitan una ayuda, a veces no necesariamente tiene que ser algo médico, a veces con algo emocional, entonces a veces nos agradecen el servicio, la atención, el tiempo, cualquier cosa, con detalles muy bonitos como un gracias, o a veces hasta te quieren abrazar, personas mayores que te dan la bendición, son como esos pequeños detalles que dices bueno, en algo estoy ayudando o a alguien estoy ayudando, que me lo agradecen”, reconoce Ángel, quien a su corta edad ya es responsable del turno nocturno de los sábados y guía a sus compañeras y compañeros.
Disciplina, solidaridad y responsabilidad social, los valores que desarrollan las y los voluntarios de Rescate 1.
A lo largo de su historia, Rescate 1 ha formado cientos de jóvenes no solamente en los conocimientos y las técnicas necesarias para proteger la integridad de personas que sufren accidentes o que presentan una complicación de salud, sino sobre todo en valores como la disciplina, la solidaridad y la responsabilidad social. No solo son las vidas que han salvado, sino el profundo impacto que tiene un la sociedad al entregarle personas íntegras que ofrecen lo más valioso, su tiempo, sin esperar nada a cambio.
Para toda organización, los recursos económicos son necesarios, pero para Rescate 1 lo más importante es que más jóvenes asuman el compromiso de ser voluntarios para salvar vidas.
Para generar algunos recursos orientados al mantenimiento de sus servicios gratuitos y la certificación de su personal calificado, Rescate 1 ofrece capacitaciones especializadas y para público en general sobre Atención Médica Prehospitalaria y Primeros Auxilios. Eso, aunado a algunos apoyos por parte de autoridades gubernamentales, forman parte de los mecanismos de financiamiento de este importante servicio para la sociedad queretana, que todos los años atiende más de mil servicios prehospitalarios.
Pero esto no es suficiente. Para seguir creciendo y consolidándose, Rescate 1 requiere dos grandes insumos: recursos económicos, y sobre todo, voluntarios dispuestos a dar sin esperar recibir algo a cambio. La única manera de asegurar que esta gran familia siga creciendo en el tiempo, incluso más allá de los recursos económicos, es que más jóvenes asuman el compromiso de dedicar las mejores horas de vida a proteger la integridad y la vida de otras personas.