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Hogar Juvenil del Santísimo Redentor

19 febrero 2024

Esta casa proporciona opciones de vida a niños y jóvenes que enfrentan situaciones de pobreza extrema, maltrato, violencia o abandono parental, mediante la creación de hogares sustitutos. Desde estructuras como una reja para la entrada, hasta muebles, productos de limpieza, de higiene, alimentos y, por supuesto, voluntarios que puedan brindar clases de inglés, física y matemáticas, tú puedes sumarte a su causa y apoyar con donaciones a los jóvenes que atiende.

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Andrés es un chico tímido, su infancia no fue sencilla, dice. Se las vio duras. Tenía cinco años cuando entró al Hogar Juvenil del Santísimo Redentor. Los motivos, hoy, son lo que menos importan. Durante los 15 años que ha vivido en la casa Andrés ha tenido una vida plena, amigable y con todo lo necesario para salir adelante, por ello está agradecido. 

“He generado habilidades por si algún día ya no estoy aquí, si algún día estoy allá afuera poder hacer algo, valerme por mí mismo. Poder continuar mi vida aunque yo ya no esté aquí”, explica al describir su vida adulta, su independencia y su carisma.

Es deportista, estudiante de arquitectura y una persona muy amena. Le gusta el freestyle y su ídolo es el francés Sean Garnier. Y es que las tardes de sol no se explican en el Hogar Juvenil sin el futbol. “Nos encantaba jugar”. Y sí, los jóvenes tienen la habilidad de quienes se curten en los potreros. Pasan la pelota de un lado a otro y se dan tiempo para una filigrana. El deporte, entiende Andrés, ha sido un hilo conductor. 

El Hogar Juvenil del Santísimo Redentor fue fundado hace 28 años, es para jóvenes de 13 a 18 años -o más si es que quieren realizar su carrera-. “El niño es del mundo y el mundo es del niño”, dijo su fundadora Cecilia Saviñón. Actualmente la casa alberga a 15 jóvenes, con el objetivo de estabilizarlos luego de abusos, maltratos u omisión de cuidados por parte de su familiares, esto se hace mediante rehabilitaciones que conllevan terapias, cursos, y sobre todo cariño, para evitar así que puedan caer en drogas o delincuencia.

"En el Santísimo Redentor en las tardes tienen clases de futbol, de robótica, king boxing, taller de meseros, les damos opciones por si no quieren hacer una licenciatura”, detalla Araceli Herrera, quien es la directora del lugar. 

Araceli comprende que el principal objetivo de la casa es ayudar a bajar los niveles de violencia; sin embargo, sabe que la tarea no es fácil. El contexto internacional no es el mejor y pide que exista un trabajo coordinado entre organizaciones de iniciativa privada, sociedad y gobierno. 

“Estamos contribuyendo a bajar la violencia y a cambiarles la vida, a darles esperanza y que todavía hay gente buena y que los quiere. Con un niño que se rehabilite y salga adelante me doy por bien servida”, afirma la directora. 

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Una nueva oportunidad puede ser la diferencia para una vida digna.

La casa huele a comida, desde sus ventanales se puede apreciar a plenitud el tradicional barrio de Hércules, desde la fábrica y el nuevo hotel, hasta la renovada cancha de La Purísima. La vía del tren se extiende como testigo del tiempo y los jóvenes, en lo alto, observan cómo el futuro está delante suyo. 

“He conocido mucha gente que me ha ayudado a crecer personalmente. Cuando conozco una persona checo cómo es para poder quedarme con lo bueno, nunca con lo malo”, explica Andrés, quien también comparte que tiene afinidad con el arte. Le gusta diseñar, pintar, recrear espacios y hacer dibujo técnico. Trata con respeto a sus compañeros, los guía, juega con ellos y le da tiempo para pasar momentos con sus perros. 

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Educación, acompañamiento, pero sobre todo amor, es que algunos necesitan para salir adelante.

“Estar en esta casa me ha ayudado a generar habilidades, ser educado, ser independiente”, sentencia Andrés, como quien entiende que la disciplina es parte del proceso. 

Historias como la suya no podrían existir sin el apoyo de lugares como el Hogar Juvenil del Santísimo Redentor; sin embargo, el hogar también necesita ayuda. Desde estructuras, como una reja para la entrada, hasta muebles, productos de limpieza, de higiene, alimentos y, por supuesto, voluntarios que puedan brindar clases de inglés, física y matemáticas. Tú puedes hacer más grande esta familia e incrementar los casos de éxito del Hogar Juvenil del Santísimo Redentor con tus donaciones. No lo dudes, si cambias una sola vida, 

 

Si quieres aportar algo de ti y apoyar esta noble iniciativa ciudadana, ponte en contacto al correo procuracion@hogaresprovidencia.org, o da click en el link de whatsapp para explorar la forma en las que puedes sumarte a esta gran familia.

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