Senderos es una Institución de Asistencia Privada que alberga a niños y adolescentes con discapacidad que se encontraban en situación vulnerable por haber sido víctimas de delito, y les ofrece un proyecto de vida, en un hogar seguro y armonioso, con un modelo familiar inclusivo, generand con ellos un compromiso para toda la vida. Puedes apoyar esta labor donando desde recursos económicos hasta cualquier insumo que requiera una casa para funcionar.
Todos los días salimos a la ciudad, de alguna u otra manera desarrollamos una vida más o menos cómoda, comemos, trabajamos, estudiamos, y en el mejor de los casos, sonreímos. Tenemos sueños y metas, tenemos familia y amigos, tenemos salud. Sin embargo, hay muchas personas, quizá cientos de miles, en esas mismas calles que recorremos, que no tienen esa suerte. Uno no entiende bien por qué, pero es así: la suerte no toca la misma puerta de todas las personas.
Son niños, están sentados, listos para comer, se reúnen y bendicen los alimentos. Agua de limón, frijoles y arroz, con tortillas calientitas; la casa huele a jitomate sofreído. Matias, el más pícaro de los pequeños, sonríe ante la presencia de alguna cámara y es el primero en pedir un poco más de arroz. Es la cotidianidad de una casa en el barrio de El Tintero, preludio de la entrada a la escuela, son los pequeños de Senderos IAP y esta tarde, y para el resto de sus vidas, no están solos.
Senderos surge como un faro de esperanza, ofreciendo un hogar amoroso a ocho niños queretanos. Sin embargo, su compromiso va más allá, ya que se encuentra en pleno proceso de recepción de nuevos niños, cada uno con sus propias condiciones y desafíos, especialmente aquellos que enfrentan discapacidades intelectuales y psicosociales, como Autismo, Síndrome de Down, TDAH, entre otras.
“La casa hogar se inició en agosto de 1999 con la finalidad de apoyar y atender a la niñez en situación vulnerable, niñez que había sido vulnerada en sus derechos, violentada regularmente por sus familias de origen”, explica Diana Castañeda Castillo, coordinadora de la casa hogar.
La capacidad de Senderos requiere crecer, con espacio para albergar a 20 niños en total. Este límite refleja no solo la infraestructura tangible, sino también el compromiso de brindar atención y cuidado de calidad de vida de cada niño acogido.
El contraste entre las cifras oficiales y la capacidad actual de Senderos resalta la necesidad de más iniciativas y recursos destinados a garantizar el bienestar de los niños en situación de vulnerabilidad. La labor de instituciones como Senderos, que van más allá de proporcionar un techo, se erige como un testimonio elocuente de la responsabilidad compartida en la construcción de un futuro más seguro y prometedor para las infancias.
Senderos atiende a niños que crecieron en entornos de violencia que ponían en peligro su integridad, y les ofrece una nueva oportunidad.
Y es que Senderos, como bien lo define su nombre, ha sido el camino inicial de historias que aún van en desarrollo, como es el caso de Emiliano, un menor de cinco años que fue separado de su madre debido a la esquizofrenia que padece. Emi enfrenta desafíos significativos en cuanto a su seguridad. Sin embargo, su historia ha tomado un giro esperanzador desde su llegada.
Emi ha experimentado una transformación en sus hábitos, sus habilidades motoras también han evolucionado: de no poder sostener objetos, ahora puede comer por sí mismo. En cuanto a su movilidad, ha pasado de avanzar a sentones a caminar con creciente estabilidad. No solo camina, sino que también trepa, sube escaleras, y muestra avances en su coordinación motora, supera obstáculos pequeños y gira con destreza.
En el ámbito social y emocional, Emi ha logrado avances notables. Desde gatear durante períodos más extensos hasta expresar sus preferencias y deseos, ha demostrado un interés activo por participar en juegos y actividades con sus compañeros. Su capacidad para seguir límites y expresar sus emociones ha mejorado, evidenciando un tono emocional más constante en experiencias positivas.
Con recursos económicos, y hasta insumos de casa, tú puedes ayudar a que Senderos siga ofreciendo un camino de luz a estos niños.
Emi muestra una felicidad y tranquilidad que reflejan el impacto positivo de un entorno dedicado a su desarrollo integral. Sin embargo, para que historias como la suya prosperen se requieren aún más cosas.
“Necesitamos cosas de casa. Papel de baño, pañales. Tenemos niños que usan pañal todavía, pañales, cloro, pinol, detergente para trastes, fibra para los trastes, jabón para lavar la ropa, suavitel todas esas que se necesitan en casa, esas son las que las que tenemos como que son esas necesidades (…) efectivo que nunca falta, porque se pagan servicios, el agua, la luz, el teléfono, el internet, el gas, todo se paga”, explica Diana.
Pese a las complejidades y las historias difíciles, estos pequeños gozan de un hogar, de cuidados y, sobre todo de los más importante, cariño, afecto, amor de gente comprometida con brindar un futuro mejor a las infancias mexicanas, al futuro y presente de nuestro país
“Vamos a cerrar el año con 11 niños, a los cuales les estamos ofreciendo, pues un hogar, un hogar de sustitución, porque no pueden regresar a sus hogares ni van a poder regresar a sus hogares, entonces un lugar donde ellos puedan crecer dentro de una familia. ¿Lo más parecido a una Familia, no?”.